jueves, junio 24, 2004

Entrevista al Tte. Cnel. Omar Porciúncula publicada en 1986

EXPERIENCIAS EN LA ANTARTIDA
Entrevista al Tte. Cnel. Omar Porciúncula
Artículo publicado en la Revista Ejército - Año I, No. 1 en Setiembre de 1986 ( página 96)

El Instituto Antártico Uruguayo ha instalado, en el continente helado, la Base Científica Antártica “Artigas”. Su construcción fue llevada a cabo por la Expedición Antártica Uruguaya integrada, en su mayor parte, por personal de nuestro Ejército.
En razón de la trascendencia que para los legítimos intereses nacionales tiene tal instalación, la Revista “Ejército” entrevistó al que fuera el primer Jefe de aquella Base, el Tte.Cnel. Omar Porciúncula:
¿Cómo se inicia su gestión en el Instituto Antártico y en la actividad Antártica en general?
Fui designado miembro en el I.A.U. en 1982 y tuve oportunidad de intervenir en varias comisiones que estudiaban la por entonces, muy problemática presencia uruguaya en la Antártida. En aquel momento el I.A.U. luego de valorar la situación considerada la posibilidad de encarar una campaña antártica, aunque ésta fuera por un período corto y si no fuera posible realizarla con medios propios, que ésta se realizara con el apoyo de un país amigo. Es por este motivo que fui nombrado para concurrir a la zona antártica de operaciones de Nueva Zelanda, ante la invitación de su Instituto Nacional, con la misión de lograr, de la larga experiencia de ese país, los elementos para intentar la instalación de nuestra base uruguaya. La experiencia que pude recoger en los 50 días de permanencia tanto en la Base Scott así como otras bases del área del Mar de Ross, unida a la profusa documentación con la que se me apoyó, permitió iniciar ya en Montevideo la planificación de la futura base en la Isla Rey Jorge.
¿De su pasaje por el área del Mar de Ross en compañía de los neozelandeses, que experiencia quisiera destacar?
Además de reconocer y agradecer todo lo recibido de información para beneficio de nuestra empresa antártica, tanto en el plano técnico-funcional como en cuanto al trato personal, haciéndome sentir como un integrante más de ese grupo; quisiera recordar aquí algún hecho del tipo anecdótico que en algunas oportunidades he comentado con mis amigos. Luego de algunos días de trabajo de oficina en la recolección de información en la ciudad de Chistchurch en Nueva Zelanda viajé en un C-130 de las F.A. de ese país a la Base Scott en la Antártida. A mi llegada luego de la explicación de las reglas de convivencia y de actividad se me previno que junto a otros reclutas antárticos debía concurrir al curso de supervivencia que se realizaría unos días después.
Durante ese curso, me enteré que mis instructores eran lo que podíamos llamar “zafrales” porque sólo en verano realizaban ese trabajo en la Antártida ya que en las otras épocas del año eran guías de expediciones de escalamiento. Dos de ellos tenían varias misiones en el Monte Everest. A mi regreso a la Base Scott tuve una charla circunstancial con su Jefe, Norman Hardie, con el cual comenté mi admiración por la capacidad de los instructores especialmente el hecho que uno de ellos tenía en su haber tres expediciones al Monte Everest. Sin inmutarse, Hardie admitió que dicho instructor tenía tres ascensos al Everest pero que él, personalmente, tenía ocho.
¿Cómo se eligió el lugar para el emplazamiento de la Base Artigas en la Isla Rey Jorge?
Una de las misiones que debía cumplir la operación Antárticos – primer vuelo de una aeronave uruguaya con una delegación de la cual yo participaba - era la ubicación del lugar exacto para nuestra futura base. Esa responsabilidad la compartimos con el Cap. Fowtanot de nuestra Armada quien comprobó la profundidad del mar en las inmediaciones de forma de permitir operaciones por esa medio.
¿Qué dificultades se debieron enfrentar en la etapa de preparación y planificación de la base antártica?
La etapa de planificación se venía desarrollando ya desde 1983 y por tanto el tiempo fue suficiente. Se disponía de información adecuada en cuanto a requerimiento de material, transporte y personal. Los dos aspectos primeros, muy ligados a los recursos financieros que se disponían y que eran escasos.
El personal designado tuvo un desempeño admirable y suplió con sacrificio e iniciativa todas las dificultades que se presentaron y no me cabe duda que en cada una de sus especialidades: sanidad, electricidad, motores, náutica, etc. si se hubiesen presentado otros escollos, los respectivos encargados, con la ayuda entusiasta del grupo, los hubieran solucionado.
¿Qué problemas encontraron al iniciar la instalación de la base?
El momento más crítico para la operación fue sin duda cuando intentamos descargar la parte más importante de nuestra carga del buque antártico Chileno Piloti Pardo, que se encontraba fondeado en Bahía Fildes, frente a Tte.MARSCH.
El temporal de viento y nieve hizo imposible el desembarco no sólo en el lugar asignado sino en ningún otro Por estar nuestra carga obstaculizando en bodegas a las cargas correspondientes a las bases chilenas, y al transcurrir varios días sin que las condiciones mejoraran, el Capitán del barco intentó la operación de descarga aún en condiciones adversas por medio de dos pontones empujados por balleneras y aprovechando que se daba una disminución de la velocidad del viento. Durante ese proceso, volvió a aumentar el viento sorpresivamente, poniendo en peligro a los hombres que estaban embarcados en los pontones, entre ellos varios integrantes de nuestra dotación, haciéndose vivir a todos momentos de gran tensión. Varios días después pudimos gracias a diversos medios trasladar una parte de la carga hacia lo que sería la ubicación de la Base, y de esa forma edificar nuestro primer alojamiento. En esta oportunidad contamos con el apoyo de las bases Chilena y Sovíética que complementaron material entre ambas y exhibieron así una admirable muestra de solidaridad antártica.
¿Cómo se desarrollaron las relaciones con las bases vecinas?
Siempre excelentes. Al principio y como se dijo anteriormente contamos con el valiosísimo apoyo de las Bases Tte. MARSCH y BELLIWGSHAUSEN y posteriormente, ya en la campaña 1985-1986 comenzó una muy fluida relación con la base Argentina JUBANI. Con respecto a esta última, ya se habían hecho contactos esporádicos en la campaña anterior, pero la falta de medios adecuados de transporte de ambas dotaciones había obstaculizado una relación mayor. En el verano pasado nuestra base contaba con dos motos trineos que posibilitaron nuestra visita a JUBANI e hicieron continuo el intercambio tanto social como logístico. Siempre un especialista en cualquier materia de una base puede ser de gran ayuda en otra. Con la base China tuvimos contactos menos frecuentes, aunque siempre muy cordiales.
¿Podría hacer un comentario final como síntesis de su actividad en las distintas áreas del continente antártico?
Deseo trasmitir a todos los integrantes del Ejército que alientan o no el deseo de participar en alguna de las actividades antárticas, que cada período se vuelve apasionante, no sólo por los continuos desafíos que presentan las necesidades cambiantes de esa parte del mundo; traslados en botes de goma pequeños con riesgo de enfrentar un incremento del viento sorpresivo; largos recorridos por los glaciares en las moto-trineos, con el peligro de cruzar una grieta en el hielo y cuyo fondo está a 50 ó 100 metros más abajo buceo en aguas profundas donde puede aparecer en cualquier momento una Orca o una Foca Leopardo, etc. Debo decir también que no todo salió como se había planificado, pero en las dificultades se puso de manifiesto el espíritu de cuerpo que siempre rodeó al grupo y que con su concurso todo se sobrellevó. Me recuerdo afectuoso entonces a mis compañeros que supieron con su ayuda permitir que se cumpliera la misión tan hermosa, de hacer flamear nuestra bandera en el mástil de la BASE CIENTIFICA ANTARTICA ARTIGAS

Agradeciendo al Sr. Tte. Cnel. Omar Porciúncula su diferencia, formulamos votos para la actividad antártica nacional continúe por el promisorio camino que una grupo de pioneros orientales iniciara, hace casi dos años.
A la vez, como miembros del Ejército Nacional, nos congratulamos que hayan sido integrantes de nuestra Fuerza protagonistas de tan significativo logro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias a gente como el Sr.Cnel.Omar Porciuncula, nuestro pais tiene una base en el Continente blanco, demostrando la inteligencia y la capacidad para el mando en situaciones dificiles, poniendo de manifiesto su dedicada y vasta experiencia y asi poder y concretar el sueño antàrtico uruguayo.
Me siento orgulloso de haber servido bajo su mando, y haber sido elegido uno de los 13 pioneros para integrar la primera Mision en la Antartida Uruguaya.
No dejemos de soñar, mantengamos nuestra presencia en la Antartida.
May.(r)Carlos Pinasco